Esa mañana fue igual a cualquier mañana de su vida. Caminó hacia la estación, saco su boleto de tren y lo esperó sin saber que ese día cambiaria para siempre su vida.
Subió al tren que parecía tener los mismos viajeros de todas las mañanas.
Ese fue su último recuerdo, perdió el conocimiento.
De pronto se encontraba en un cuarto blanco con otras 8 0 9 personas, todas sin rostros, rostros blancos sin facciones. No tenía sus pertenencias ni había espejos en ese lugar pero se imaginó que ella tampoco tenía rostro en aquel cuarto.
Poco importaba ya que no sabía quién era, a donde iba o de donde venía, cuál era su historia, no tenía memoria de lo que había pasado en su vida, ni siquiera sabía que era tener una.
Solo era un rostro blanco compartiendo un cuarto blanco con 8 o 9 individuos iguales a ella.
Obedecían ordenes de una voz femenina que les hablada de vez en cuando.
Caminen y todos caminaban en forma circular.
Descansen y todos se sentaban contra las paredes blancas del pequeño recinto.
Las órdenes no eran complicadas. Tampoco recuerda que necesitasen alimentos o asearse… solo debía obedecer las órdenes y eso era lo que hacían. No se comunicaban entre ellos, no sabían si tenían voz.
Una vez, una orden fue dar saltos al compás de un ritmo. Sintió algo por primera vez diferente al resto de las ordenes, un remolino de confusiones atacaron su mente.
Recordó…
El tic tac de esa orden le recordó a una canción infantil… El gallo Pinto. Y en un segundo volvió a ser ella y recordó que esa canción se la cantaba a su hijo.
Grito a las paredes: DONDE ESTOY!!!!????? QUIERO MI VIDA DE VUELTA!!!!!!!
Perdió el conocimiento nuevamente, y se despertó en la estación del tren cercana a su casa.
Había estado ausente 2 semanas, nadie sabía de ella, todos habían pensado lo peor y estaban felices de verla sana y salva.
Confundida por lo sucedido contó su historia pero como era de suponer nadie le creyó.
Los médicos le dijeron que probablemente había sufrido alguna agresión grave y su mente para protegerla había entrado en estado de shock y había creado esa historia. Que ya todo se aclararía y que podía seguir con su vida ya que no tenia daños físicos, ni mentales.
Su vida nunca volvió a ser la misma… ella sabía que había 8 o 9 personas sin rostros que estaban atrapadas en un cuarto blanco y no sabía cómo salvarlas.
Subió al tren que parecía tener los mismos viajeros de todas las mañanas.
Ese fue su último recuerdo, perdió el conocimiento.
De pronto se encontraba en un cuarto blanco con otras 8 0 9 personas, todas sin rostros, rostros blancos sin facciones. No tenía sus pertenencias ni había espejos en ese lugar pero se imaginó que ella tampoco tenía rostro en aquel cuarto.
Poco importaba ya que no sabía quién era, a donde iba o de donde venía, cuál era su historia, no tenía memoria de lo que había pasado en su vida, ni siquiera sabía que era tener una.
Solo era un rostro blanco compartiendo un cuarto blanco con 8 o 9 individuos iguales a ella.
Obedecían ordenes de una voz femenina que les hablada de vez en cuando.
Caminen y todos caminaban en forma circular.
Descansen y todos se sentaban contra las paredes blancas del pequeño recinto.
Las órdenes no eran complicadas. Tampoco recuerda que necesitasen alimentos o asearse… solo debía obedecer las órdenes y eso era lo que hacían. No se comunicaban entre ellos, no sabían si tenían voz.
Una vez, una orden fue dar saltos al compás de un ritmo. Sintió algo por primera vez diferente al resto de las ordenes, un remolino de confusiones atacaron su mente.
Recordó…
El tic tac de esa orden le recordó a una canción infantil… El gallo Pinto. Y en un segundo volvió a ser ella y recordó que esa canción se la cantaba a su hijo.
Grito a las paredes: DONDE ESTOY!!!!????? QUIERO MI VIDA DE VUELTA!!!!!!!
Perdió el conocimiento nuevamente, y se despertó en la estación del tren cercana a su casa.
Había estado ausente 2 semanas, nadie sabía de ella, todos habían pensado lo peor y estaban felices de verla sana y salva.
Confundida por lo sucedido contó su historia pero como era de suponer nadie le creyó.
Los médicos le dijeron que probablemente había sufrido alguna agresión grave y su mente para protegerla había entrado en estado de shock y había creado esa historia. Que ya todo se aclararía y que podía seguir con su vida ya que no tenia daños físicos, ni mentales.
Su vida nunca volvió a ser la misma… ella sabía que había 8 o 9 personas sin rostros que estaban atrapadas en un cuarto blanco y no sabía cómo salvarlas.